El gobierno de Javier Milei ha implementado una reestructuración significativa en el ámbito de la geociencia argentina, fusionando el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES) con el Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR). Esta medida, oficializada mediante el Decreto 396/2025, se enmarca dentro de un plan más amplio de ajuste estatal y optimización del gasto público.
¿Qué implica esta fusión?
La fusión implica que el SEGEMAR absorberá todas las funciones, recursos y personal del INPRES. El INPRES, con sede histórica en San Juan y reconocido por su labor pionera en la investigación sísmica, ahora operará bajo la órbita del SEGEMAR. Esta decisión responde, según el gobierno, a la necesidad de eliminar estructuras intermedias, evitar la superposición de funciones y centralizar capacidades técnicas.
Motivos detrás de la reestructuración
El gobierno argumenta que tanto el INPRES como el SEGEMAR compartían competencias en áreas como el estudio del subsuelo, la prevención de desastres naturales y la elaboración de información técnica para la gestión territorial. Esta superposición, según la administración nacional, generaba ineficiencias y redundancias. Se espera que la fusión permita una gestión más racional de los recursos, un desarrollo más robusto del conocimiento aplicado a los riesgos naturales y una mayor efectividad en la prevención y manejo de riesgos geológicos.
Reorganización del Instituto Nacional del Agua (INA)
Además de la fusión del INPRES y el SEGEMAR, el gobierno ha dispuesto que el Instituto Nacional del Agua (INA) se transforme en una unidad organizativa dentro de la Secretaría de Obras Públicas. Esto busca fortalecer la coordinación de las políticas públicas en infraestructura hídrica y facilitar la articulación con las áreas ejecutoras de obras y programas estatales.
Impacto y perspectivas
Esta reestructuración ha generado diversas reacciones. Si bien el gobierno defiende la medida como una forma de optimizar recursos y mejorar la eficiencia, algunos sectores han expresado preocupación por el posible impacto en la investigación científica y la capacidad de respuesta ante eventos sísmicos. Es importante seguir de cerca la evolución de esta nueva estructura y evaluar su efectividad en el cumplimiento de sus objetivos.